MÉDICOS MURCIANOS

 PEDRO MARSET CAMPOS (Valencia).

Especializado en psiquiatría (Valencia, Londres, 1969). Es Doctor en Medicina y Cirugía (1971). Ha sido profesor de Historia de la medicina desde 1969, consiguiendo más tarde la cátedra por oposición. También ha sido decano en la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia. Como historiador de la Ciencia médica ha dirigido 43 tesis doctorales, ha publicado más de 140 trabajos en revistas y en libros de especialidad sobre la historia de la medicina en España, de manera especial sobre historia de la medicina en Murcia, Canarias y Comunidad Valenciana, a lo que hay  que sumar la coordinación del libro Médicos murcianos de la Escuela Histológica Española.  Universidad de Murcia. 2008. 

Además de historiador, científico y docente ha llevado a cabo una activa vida política, como muchos científicos citados en el primer tercio del S. XX. Desde su juventud ha militado en el PCE, ocupando puestos de responsabilidad. Sigue formando parte de su Comité Federal, surgido del XVIII Congreso. Como miembro de IU, fue elegido diputado al Parlamento Europeo en las elecciones de 1994 y 1999. En su actividad parlamentaria, se integró en el Grupo Confederal de la Izquierda Unitaria Europea-Izquierda Verde Nórdica. También fue miembro de las comisiones de Asuntos Exteriores, Derechos Humanos, Seguridad Común y Política de Defensa, ocupando la Vicepresidencia de la Delegación para las Relaciones con los Países de Sudamérica y MERCOSUR (2002-2004). En 2004 dejó de ser diputado y continuó su labor política como responsable de Europa dentro de la dirección del Partido Comunista y como miembro del Partido de la Izquierda Europea. 

ANTONIO GUILLAMÓN CONESA (Murcia, 7.7.1887 y 17.10.1962). 

Médico internista. Estudió secundaria en Murcia y en Madrid la licenciatura en Medicina (1910). Su tesis doctoral (1926) trató sobre “La incinariasis en la huerta de Murcia”, calificada con la máxima puntuación por un tribunal presidido por Gustavo Pittaluga, quien después prologó su publicación. La tesis está en relación con una amplia investigación sobre la anquilostomiasis, patrocinada por la Fundación Rockefeller. Desde esa fecha publicó una memoria anual sobre la marcha de dicha enfermedad en la huerta. Esta actividad terminó fusionándose en 1929 con la de la lucha antipalúdica, en la que intervino Laureano Albaladejo García, formando una oficina polivalente, que incluía como funciones el estudio de las enfermedades transmisibles (con especial atención al tracoma, anquilostomiasis y paludismo), la inspección médica de la infancia y medidas de educación sanitaria y pequeño saneamiento, incluyendo la instalación de retretes con cargo al presupuesto sanitario.

LAUREANO ALBALADEJO GARCÍA (Murcia, 7.2.1897). 

Médico epidemiólogo. Se doctoró en 1919. Becado por la JAE asistió a cursos durante nueve meses en París, Hôspital Saint-Louis, y en los dispensarios de profilaxis de la sífilis y su laboratorio  central del Boulevard de Aragó. En el último mes pasó por Alemania, siguiendo en el “Charité Krankenhaus” un curso de Radioterapia de la piel y otro de vacunas y autocultivo. La Fundación Rockefeller le concedió una beca de ampliación y desarrollo de estudios en la John´s Hopkins University, donde obtuvo el título de Oficial Sanitario, recorriendo Norteamérica en 1927 y 1928 y estudiando las organizaciones sanitarias de las principales ciudades del país. Una ampliación de la beca le permitió estudiar también en Londres y Montpelier. A su regreso a España, destacó su actuación en la lucha antipalúdica y en otras endemias, siempre en conexión con la Fundación Rockefeller. En este contexto, Albaladejo desempeñó pronto la Secretaría de la Comisión Central Antipalúdica. En 1928, como encargado del Plan de Lucha Sanitaria en Murcia, fue enviado por la Dirección General de Sanidad a los inspectores municipales de sanidad de los ocho distritos más afectados, estableciendo un dispensario en la casa del inspector de La Ñora (Miguel Ballesta), en la Raya una oficina Sanitaria con un Dispensario Antipalúdico y un consultorio Antitracoma; y otro en Puebla de Soto. 

JOSE MARÍA LÓPEZ PIÑERO (Mula, Murcia, 14.6.1933 – Valencia, 8.8.2010).

Fue médico y Especialista en Historia de la Medicina. También un destacado especialista en el campo de la bibliometría médica y discípulo de Pedro Laín Entralgo. Se doctoró en la Universidad de Valencia con premio extraordinario, ciudad, en la que desarrolló toda su carrera docente e investigadora, convirtiéndose en Catedrático de Historia de la Medicina primero y de Historia de la Ciencia a partir de la L.R.U. Fue miembro fundador de la Sociedad Española de Historia de la Medicina, de la que ha sido presidente, y socio numerario de diversas instituciones internacionales. En 2005 fue investido como académico de la Real Academia de la Historia, sustituyendo a Juan Pérez de Tudela. En 1985, fue fundador del Instituto de Historia de la Ciencia y la Documentación, centro mixto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y la Universidad de Valencia. Este centro es un instituto pionero en el estudio y desarrollo de la Bibliometría en España.


JOSÉ MARÍA MORALES MESEGUER (Valencia, 4.4.1931-Murcia, 6.3.1990). 

Hospital Morales Meseguer
Catedrático de Psicología médica en la Universidad de Murcia, una personalidad determinante en la institucionalización académica y profesional de la Psicología Médica, así como en el desarrollo de la estructura sanitaria de la Región de Murcia. Licenciado por Valencia en 1955 y doctorado por Valladolid al año siguiente con la Tesis “Histología del neuroeje en la intoxicación crónica por manganeso. Cronología y grado de las alteraciones”. Morales era, por tanto, uno de los herederos de la Escuela histológica española, en la que pueden inscribirse también otros psiquiatras como los murcianos Román Alberca y Luis Valenciano, ya citados. Por influencia de José Luis Pinillos pronto se decidió por la psiquiatría y en especial por los aspectos psicológicos de la misma, esforzándose por incorporar la psicología médica a la psiquiatría, llevando a cabo el trabajo clínico básico y estadístico que permitió la estandarización en España de pruebas como MMPI, Cattell, Rorschach, WISC, DIP, Osgood, Bender, etc. En 1962 era ya jefe de Psicología Clínica y Medicina Psicosomática en la cátedra de Román Alberca en Valencia y, al fallecer éste, con Miguel Rojo Sierra hasta 1968, año en el que pasó a ejercer la docencia, como Profesor encargado de la Cátedra de Psicología en la Facultad de Filosofía y Letras de Valencia. La Psicología que se solía impartir en la especialidad de Filosofía era la escolástica. No obstante, y en pleno franquismo, el profesor Morales supo cambiar su contenido y práctica por la psicología clínica, a todas luces más científica y útil. En Murcia fue Consejero de Sanidad, desarrollando una actividad política importante.

FRANCISCO MONTIJANO BUENDÍA-  Granada, 1892 – Murcia, 3-4-1973.

Realizó en Granada sus estudios de Bachillerato y de Medicina, estos últimos con un brillante expediente. Pronto se trasladó a Murcia, acompañado por su familia. En 1918 ingresó en el Colegio de Médicos de la capital. Dedicado al ejercicio de su profesión en la asistencia ambulatoria de sus pacientes, desde 1927 trabajó además como cirujano del recién inaugurado dispensario antituberculoso de «La Trinidad», en la capital de Murcia. El 6 marzo 1935 ingresó por oposición como Médico de la Beneficencia Provincial, encargado del servicio de Dermatología y Sifiliografía del Hospital Provincial.

El 21 de marzo 1936 la Comisión Permanente del Hospital Provincial le designa Delegado Técnico, con funciones de director, del mismo. Aunque se dedicó de manera activa a la política nunca ocupo cargos públicos derivados de ella. Por su ideología perteneció a la Masonería durante un período de tres años en los que alcanzó el grado de Maestro Tercero. Tras dejarla, ferviente admirador de Pablo Iglesias ingresó en el Partido Socialista en 1928, llegando a la Vicepresidencia con anterioridad a 1936; también ingresó en el Sindicato Médico de UGT en septiembre de 1936. 

Iniciada la Guerra Civil, durante períodos de tiempo que no ha sido posible determinar de forma concreta ejerció, además de como Director del Hospital Provincial, como Presidente del Colegio de Médicos de Murcia, como Médico del dispensario Antivenéreo y, por último, como Miembro del Comité de la Cruz Roja, todos estos empleos reconocidos en su declaración jurada.

 

El 4 marzo 1939 solicitó la baja por enfermedad debido a una agudización de un proceso antiguo, una espondilitis tuberculosa (mal de Pott) de VII y VIII vértebras dorsales, con absceso prevertebral. El primer certificado médico de su baja lo firma Pedro Hernández (Colg. nº 78) el 7 de marzo. El 31 de marzo cayó Murcia, la última capital de provincia en manos de la República. Los siguientes partes de baja (desde el 27 de abril) los firmó Ramón Sánchez Parra, pero ya no le fueron necesarios a Montijano pues el 13 mayo 1939 la Comisión Gestora del Hospital lo suspendió de empleo, con derecho al 50% del sueldo, «por no ser de confianza en las presentes circunstancias». La destitución definitiva en virtud de su expediente de depuración llegó el 30 de enero 1940.

A partir de ese momento, después de pasar por prisión en Murcia, el Penal de Puerto de Santa María, Ocaña, y el Dueso (Santander), debió soportar un auténtico exilio interior.

Durante su internamiento en la Prisión Provincial de Murcia, desde el 11 de Enero de 1940 hasta el 4 de mayo de 1942 en que fue trasladado al Penal del Puerto de Santa María, ejerció su profesión como médico atendiendo al que fuera Director de la Prisión D. Claudio Aldaz Subirana hasta su fallecimiento. Lo que no evitó que finalmente fuese trasladado al Penal arriba citado a pesar de encontrarse afectado de la enfermedad citada en un párrafo anterior (Tuberculosis en la columna vertebral, mal de Pott), que, según se indica en el oficio de fecha 24 de abril de 1942 de la Dirección de la Prisión Provincial (sin firma) que consta en su Expediente Procesal, con el traslado podría haberse visto agravado.


Inhabilitado para ejercer su profesión en la administración, solo pudo dedicarse al ejercicio médico en la consulta privada que compartía con su hermano Félix, sustituyendo a éste en su plaza de la Cruz Roja y queda constancia de su trabajo el 19 de diciembre de 1958 como Jefe Regional de los Servicios Médicos de la Delegación Murciana de la Mutualidad de Futbolistas Españoles. 

Como muestra de la consideración que tuvo entre los médicos colegiados a pesar de la depuración política que sufrió,  el Consejo General de Colegios Médicos de España, por Acuerdo del Pleno del Consejo de fecha 23 de Noviembre de 1964, expidió un Título por el que se le incluyó en el Cuadro de Honor de los Médicos Españoles.

Durante años ejerció, además, como Médico del Real Murcia CF. Falleció el 3 de abril de 1973 sin haber conseguido que se revisara su expediente de depuración.


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