PANEL 16: EXILIADOS EN EL CAMPO DE LAS CIENCIAS BIOLÓGICAS

Fue encabezado por la gran figura de los naturalistas españoles, Ignacio Bolívar y Urrutia, quien con cerca de noventa años partió hacia México para morir allí. Su hijo Cándido Bolívar y Pieltáin, catedrático de Zoografía de Articulados de la Universidad de Madrid también se exilió en México, donde fue profesor de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN, en la que organizó el Laboratorio Entomológico. 

Odón de Buen y de Cos, también se exilió en México con 76 años, donde falleció en 1945. Su hijo, Rafael de Buen Lozano, catedrático de Biología de la Universidad de Sevilla, se exilió en Costa Rica, donde fue profesor de la Universidad Nacional y posteriormente se trasladó a Venezuela, y allí fue jefe de Investigación Químico-Biológica de la Universidad Central de Venezuela y, más tarde, profesor de la Universidad de Morelia en México. Enrique Rioja Lo-Bianco, catedrático de Zoología de la Universidad de Madrid, exiliado en México fue profesor del Instituto de Biología de la UNAM y de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN. 

José Cuatrecasas Arumí, Camprodón, provincia de Gerona, 19 de marzo de 1903-Washington, 24 de mayo de 1996. Fue un botánico, taxónomo, y farmacéutico español. Discípulo de Ignacio Bolívar y de Pío Font Quer, catedrático de Botánica Descriptiva de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Madrid y director del Jardín Botánico de Madrid durante la Segunda República se exilió inicialmente en Colombia. La abreviatura “Cuatrec.” se emplea para indicar a José Cuatrecasas Arumí como autoridad en la descripción y clasificación científica de los vegetales. Posee la prodigiosa cifra de más de 5.600 registros taxonómicos IPNI. El Índice Internacional de Nombres de las Plantas (en inglés, International Plant Names Index o IPNI).

También partieron al exilio:

Federico Bonet Marco, profesor auxiliar de Entomología de la Universidad de Madrid;  

Fernando de Buen, profesor auxiliar de Biología de la Universidad de Madrid; 

Alfredo Carabot de Porras, profesor ayudante de Materia Farmacéutica de la universidad de Madrid; 

Bibiano Fernández Osorio Tafall, profesor del museo de Historia Natural de Pontevedra;

Manuel López Figueiras, profesor ayudante de Botánica de la Universidad de Madrid; 

Faustino Miranda González, profesor del Jardín Botánico de Madrid;

Enriqueta Ortega Felíu, profesora auxiliar de Biología de la Universidad de Barcelona;


Dionisio Peláez Fernández
, profesor ayudante de Entomología de la Universidad de Madrid; 

Antonio Ortega, profesor auxiliar de Biología General de la Universidad de Oviedo; 

José Vázquez Sánchez, profesor ayudante de Farmacología de la Universidad de Madrid; 

Carlos Velo Cobelas, profesor del Museo de Ciencias Naturales de Madrid.

En el campo de la Geología la figura más destacada que partió al exilio fue José Royo Gómez, profesor auxiliar de Paleontología de la Universidad de Madrid y del Museo de Ciencias Naturales; exiliado inicialmente en Colombia, se trasladó posteriormente a Venezuela, donde fue profesor de la Universidad Central de Venezuela.

EL EXILIO EN EL CAMPO DE LAS CIENCIAS BIOMÉDICAS

Estuvo encabezado por Pío del Río Hortega (ver panel 6), que inició su exilio en Gran Bretaña, donde recibió el doctorado “Honoris Causa” por la Universidad de Oxford, para trasladarse posteriormente a Buenos Aires, donde falleció en 1945. 

Su discípulo, Isaac Costero Tudanca, catedrático de Histología de la Universidad de Valladolid, inició su exilio en Francia, para trasladarse posteriormente a México, donde fue catedrático de Anatomía Patológica de la UNAM y Presidente de la Academia Nacional de Medicina de México en 1968. 


Juan Negrín López
, exiliado en Francia y Gran Bretaña, falleció en 1956 (ver Panel 13).  Su discípulo, el murciano Rafael Méndez Martínez, exiliado en EEUU, fue profesor de la Universidad de Harvard y, posteriormente, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Loyola de Chicago; en 1947 se trasladó definitivamente a México para incorporarse al Departamento de Farmacología del Instituto Nacional de Cardiología como jefe de investigación. Fue profesor de la Facultad de Medicina de la UNAM. Ramón Pérez Cirera, (también discípulo de Negrín), catedrático de Terapéutica de Cádiz, emigró a México en vísperas de la guerra civil, instalándose allí definitivamente; fue profesor y jefe de del Departamento de Farmacología de la Facultad de Medicina de la UNAM. 

Gustavo Pittaluga Fattorini, catedrático de Parasitología y Patología Tropical de la Facultad de Medicina de la Universidad de Madrid y Director de la Escuela de Sanidad. Falleció en La Habana en 1956.  

Gonzalo Rodríguez Lafora, discípulo de Ramón y Cajal (ver panel 7), exiliado en México, al cabo de pocos años regresó a España. 

Dionisio Nieto Gómez, neuropsiquiatra, discípulo de Pío del Río, investigador del Instituto Cajal, exiliado en México fundó con Jaime Pi i Sunyer, Isaac Costero y Sixto Obrador el Laboratorio de Estudios Médicos y Biológicos de la Facultad de Medicina de la UNAM en 1941, fue jefe del Servicio de Psiquiatría e Investigaciones del Instituto Nacional de Neurología.

Ángel Garma Zubizarreta (discípulo de Negrín, Pío del Río y Teófilo Hernando), pensionado por la JAE, estudió en Berlín con Adler, el discípulo de Freud; se exilió en Argentina, en donde fundó y presidió la Asociación de Psicoanálisis; fue director del Instituto Psicoanalítico Argentino, fundador y director de la Revista de Psicoanálisis. 

Josep Trueta Raspall, Barcelona, 27-10-1897 – 19-1-1977. Cirujano ortopeda. Profesor ayudante de cirugía de la Universidad de Barcelona, Cirujano Jefe del Hospital General de Barcelona, exiliado en Gran Bretaña, fue consejero de la Sanidad Militar británica durante la Segunda Guerra Mundial, cirujano del Wingfield Morris Orthopedic Hospital de Oxford, catedrático de cirugía de la Universidad de Oxford, doctor honoris Causa por la Universidad de Oxford, de prestigio internacional por su método oclusivo para tratar a los heridos de guerra. 

De los mil setenta y tres casos que había tratado mediante su método oclusivo al final de la Guerra Civil, sólo seis habían muerto, y eso también gracias a la ayuda del sistema de organización de las transfusiones de sangre impulsado por Frederic Durán-Jordá, otro médico catalán también exiliado en Reino Unido tras la guerra.

Sixto Obrador Alcalde, estaba especializándose en Gran Bretaña, cuando estalló la guerra civil, en neurología y neurocirugía, tras el estallido de la Segunda Guerra Mundial se trasladó a México.

Federico Pascual del Roncal, jefe del Departamento de Psiquiatría e Higiene Mental del Ministerio de Sanidad, se exilió en México.

Marcelino Pascua Martínez, profesor de higiene en Madrid, Director General de Sanidad durante la República, exiliado en Estados Unidos.

Gumersindo Sánchez Guisande, catedrático de Anatomía de la Universidad de Zaragoza, exiliado en Argentina.

Juan Cuatrecasas Arumi, catedrático de Patología de la Universidad de Sevilla, exiliado en Argentina.

Luis Sayé, profesor agregado de Tisiología de la Universidad de Barcelona, exiliado en Argentina.

Alejandro Otero Fernández, catedrático de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Granada, exiliado en México.

 José Torre Blanco, profesor agregado de Obstetricia de la Facultad de Medicina de Madrid, exiliado en México.

 Jesús María Bellido Golferichs, catedrático de Terapéutica de la Universidad de Barcelona se exilió en Francia.

Joaquín Trías Puyol, catedrático de Terapéutica Operatoria de la Facultad de Medicina de Barcelona, exiliado en Francia.

Antonio Trías Puyol, catedrático de Patología Quirúrgica de la Universidad de Barcelona, se exilió en Colombia.

Manuel Márquez Rodríguez, catedrático de Oftalmología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Madrid, colaborador de Ramón y Cajal, Decano de la Facultad de Medicina en 1936, exiliado en México.

José Sánchez-Covisa, catedrático de Dermatología y Sifilografía de la Facultad de Medicina de la Universidad de Madrid, exiliado en Venezuela.

Germán García García, discípulo de Negrín, profesor de Fisiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Madrid, radiólogo del Instituto Nacional del Cáncer dirigido por Pío del Río, exiliado en Francia.

(…)

La relación de nombres de exiliados en el campo de las ciencias biomédicas resulta interminable. 



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